Un estudio transversal del ELSA-Brasil, la mayor cohorte longitudinal de adultos en el país, mostró que asmáticos, pacientes con superposición asma-EPOC (ACO) y fumadores sin obstrucción (NOS) experimentaron deterioro significativo de la calidad de vida durante la pandemia de COVID-19, con hallazgos diferenciados en función pulmonar, inflamación sistémica e inmunoglobulinas. La investigación fue publicada en Clinics (Sao Paulo).
Introducción
El asma afecta a millones de personas en todo el mundo y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) constituye una de las principales causas de morbilidad y mortalidad global. La superposición asma-EPOC (ACO) es un fenotipo reconocido recientemente que combina rasgos clínicos y funcionales de ambas enfermedades, con obstrucción fija al flujo aéreo y un perfil inflamatorio mixto. Asimismo, se ha identificado que fumadores sin obstrucción espirométrica (NOS) pueden presentar inflamación subclínica y síntomas respiratorios, aun sin cumplir criterios de EPOC, lo que sugiere un estadio temprano de daño pulmonar.
La pandemia de COVID-19 generó un contexto de gran impacto sanitario, social y psicológico, exacerbando síntomas respiratorios, limitaciones funcionales y afectaciones emocionales en pacientes con enfermedades crónicas. El Estudio Longitudinal de Salud del Adulto (ELSA-Brasil), iniciado en 2008, incluye a miles de servidores públicos de diferentes regiones del país y constituye una de las fuentes más importantes de datos sobre enfermedades crónicas en América Latina. El presente análisis tuvo como objetivo evaluar la relación entre calidad de vida, función pulmonar e inflamación sistémica en asmáticos, pacientes con ACO, NOS y controles durante la fase final de la pandemia.
Enfoque y resultados
Se estudiaron 174 participantes del centro São Paulo del ELSA-Brasil, entre mayo y diciembre de 2022: 42 controles, 42 asmáticos, 38 NOS y 49 ACO. La calidad de vida se evaluó mediante cuestionarios SF-36, WHOQOL-bref y CAT, ampliamente validados. Se realizaron espirometrías pre y post-broncodilatador, hemogramas, determinación de proteína C reactiva y análisis sérico de citocinas proinflamatorias (IL-4, IL-5, IL-6, IL-8, IL-13, IL-17A y TNF-α).
Los resultados mostraron deterioro en dominios físicos, psicológicos y sociales en todos los grupos, lo que refleja el impacto global de la pandemia. El SF-36 indicó menor capacidad funcional en controles y NOS, y el CAT evidenció un mayor impacto en el grupo ACO, confirmando su vulnerabilidad clínica. La espirometría reveló disminución significativa de FEV1, FEV1/FVC y FEF 25–75 % tras broncodilatador en asmáticos y en ACO, mientras que en el grupo NOS no se observaron obstrucciones, aunque sí inflamación sistémica. El grupo asma presentó niveles más elevados de IgE, consistentes con un perfil alérgico, mientras que el grupo NOS mostró mayores concentraciones de citocinas inflamatorias, destacando TNF-α, IL-6, IL-8, IL-4, IL-17A e IL-13. Se observaron correlaciones entre marcadores inflamatorios, parámetros hematológicos (linfocitos, leucocitos, hemoglobina) y dominios de calidad de vida, sugiriendo que la inflamación sistémica influye directamente en el bienestar percibido.
Discusión y conclusiones
El estudio demostró que, durante la pandemia, la calidad de vida se redujo en todos los grupos, con patrones diferenciados: los pacientes asmáticos y con ACO mostraron limitación funcional respiratoria más marcada, mientras que los NOS evidenciaron inflamación elevada aun sin alteraciones espirométricas, lo que respalda la hipótesis de un daño temprano inducido por el tabaco. Los hallazgos refuerzan la importancia de un abordaje integral, que incluya control de la enfermedad respiratoria, monitoreo de biomarcadores inflamatorios y estrategias psicosociales orientadas a mejorar la calidad de vida.
Aunque el diseño transversal y la ausencia de datos previos a la pandemia limitan la interpretación causal, los resultados del ELSA-Brasil ofrecen información de gran valor para la salud pública, subrayando la necesidad de vigilancia temprana en fumadores sin obstrucción, seguimiento prolongado en ACO y asma, y políticas de apoyo durante crisis sanitarias. Futuras investigaciones longitudinales con muestras mayores podrán definir con mayor precisión la evolución de estos grupos y la utilidad de los marcadores inflamatorios en la predicción de deterioro clínico.