PREVALENCIA DE ANEMIA EN NIÑOS Y EN MUJERES EN EDAD REPRODUCTIVA
Cuernavaca, México:
Se describe la prevalencia de anemia en la población infantil y en mujeres de entre 12 y 49 años en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2022 y 2023 y se elaboran recomendaciones para la toma de decisiones.
Salud Pública de México 66(4):461-468, 2024
Autores:
Mejía-Rodríguez F, De la Cruz-Góngora V, hamah-Levy T
Institución/es participante/s en la investigación:
Instituto Nacional de Salud Pública
Título original:
Anemia en Población Infantil y en Mujeres en Edad Reproductiva
Título en castellano:
Anemia en la Población Infantil y en Mujeres en Edad Reproductiva
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
2.44 páginas impresas en papel A4
Introducción
La anemia es un problema de salud pública, principalmente en países de ingresos bajos y medianos, y se asocia con consecuencias desfavorables cognitivas, laborales, en la productividad y en la economía de las sociedades. La anemia también aumenta el riesgo de morbimortalidad materna y del neonato, bajo peso al nacer y parto pretérmino. La prevalencia estimada de anemia en el mundo es de 40% en la población infantil (entre 6 y 59 meses), 37% en las mujeres embarazadas y 30% en las no embarazadas (entre 15 y 49 años). Si bien la anemia obedece a múltiples factores, la deficiencia de hierro es la principal causa nutricional; las deficiencias de vitaminas B12 y A, y folatos son otras causas posibles de anemia, aunque de menor relevancia. Las parasitosis, otras infecciones, la inflamación y algunas enfermedades hereditarias son causas no nutricionales de anemia. Los lactantes y las mujeres en edad reproductiva, particularmente las embarazadas, son las poblaciones con mayor riesgo, por las demandas altas de hierro. Según los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años debería reducirse para el año 2030. En México, este objetivo es un verdadero desafío, ya que a partir del año 2018 se suspendieron algunos programas de aporte de micronutrientes en la población vulnerable, a pesar de su impacto en la disminución de la anemia. Los objetivos del presente estudio fueron describir la prevalencia de anemia en la población infantil y en mujeres de entre 12 y 49 años no embarazadas, según los datos aportados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2022 y 2023, y elaborar recomendaciones para los tomadores de decisiones.
Material y métodos
Las Ensanut Continua 2022 y 2023 son transversales, probabilísticas, con representatividad nacional, a nivel urbano y rural, y por grupo de edad. Se analizaron 619 niños en edad preescolar (1 a 4 años), 1395 escolares (5 a 11 años) y 2170 no embarazadas (12 a 49 años) con mediciones de hemoglobina (Hb), los cuales representaron a 7 057 000 preescolares, 16 030 700 escolares y 73 183 202 mujeres de México, respectivamente. Los valores de Hb (g/dl) fueron ajustados para localidades con altitud mayor a 1000 metros sobre el nivel del mar. La edad se categorizó en decenios para las mujeres de entre 12 y 49 años. Se consideró hogar indígena cuando algún miembro hablaba lengua indígena; las localidades rurales fueron aquellas con menos de 2500 habitantes, mientras que las restantes fueron urbanas. Mediante análisis de componentes principales con la consideración de las características del hogar, los bienes y los servicios disponibles se generó el índice de condición de bienestar (ICB), el cual se dividió en terciles; el tercil 1 representa peores condiciones y el tercil 3 refleja las mejores condiciones. La derechohabiencia a servicios de salud (derecho laboral) se clasificó en dos categorías según la afiliación al momento de la entrevista, y en la primera respuesta otorgada (con y sin ella). Para mujeres de entre 12 y 49 años se tuvo en cuenta el nivel educativo. El total de embarazos se categorizó en ninguno, 1 a 2 y ≥ 3; se consideró el antecedente de abortos. Se presentan frecuencias (%) e intervalos de confianza al 95% (IC 95%). Mediante análisis bivariados, se identificaron las variables asociadas con anemia (p < 0.05).
Resultados
Aproximadamente el 25% de la población pertenecía al área rural, y entre el 10% y el 26% contó con programas sociales. Alrededor del 30% de escolares y preescolares y el 71.4% de las mujeres tuvieron derechohabiencia. El 9.4% de los preescolares, 3.2% de los escolares y 12.4% de mujeres de entre 12 y 49 años presentaron anemia. No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre las características sociodemográficas y la presencia de anemia en lactantes. Hubo mayor prevalencia de anemia en preescolares de localidades rurales (14.8%) que en urbanas (7.8%). Para las mujeres de entre 40 y 49 años se observaron diferencias significativas entre los grupos de edad, educación y derechohabiencia. En mujeres de entre 12 y 49 años, la tendencia también fue mayor en el área rural (13.1%) respecto del área urbana (9.8%). El 6.1% y 1.9% de los preescolares y escolares tuvieron anemia leve, y el 3% y 1% presentaron anemia moderada, respectivamente. Menos del 0.3% de los lactantes tuvo anemia grave. El 8.8%, 3.7% y 0.5% de las mujeres presentaron anemia leve, moderada y grave, respectivamente.
Discusión y conclusión
La anemia en menores de cinco años y mujeres de entre 12 y 49 años no embarazadas es un problema leve de salud pública, más común en sujetos con menos recursos socioeconómicos y de zonas rurales. En cambio, la población en edad escolar presentó las prevalencias más bajas de anemia, mientras que en mujeres de mayor edad y baja escolaridad se presentaron las mayores prevalencias. Por lo tanto, el perfil sociodemográfico de la población con mayor riesgo pone de manifiesto las inequidades y desigualdades en salud y nutrición de la población mejicana y el problema de la mala nutrición en la población con mayores desventajas socioeconómicas y educativas. En México se lograron avances importantes en la reducción de la anemia, particularmente en la población en edad escolar, en la cual ha dejado de ser un problema de salud pública. El aporte preventivo de hierro, el consumo de alimentos enriquecidos con micronutrimentos biodisponibles y la fortificación obligatoria de alimentos básicos con vitaminas y minerales (como la harina de maíz fortificada) son algunos de los aspectos que han contribuido en este fenómeno. Las intervenciones preventivas durante el embarazo, específicamente el aporte de hierro y ácido fólico, previenen los efectos adversos, pero también aseguran que la mujer mantenga las reservas de hierro adecuados para reducir la anemia posparto. En el presente estudio se utilizó sangre venosa total para estimar con precisión la magnitud de la prevalencia de anemia en la población y se consideraron los nuevos puntos de corte de la Hb para diagnosticar anemia en la población infantil, motivos por los cuales, las prevalencias encontradas podrían no ser comparables con las de publicaciones previas. Los autores establecen las siguientes recomendaciones al respecto: 1) identificar y abordar las causas inmediatas y subyacentes de la anemia a través de inversión en investigación, para lo cual el Gobierno Federal debe destinar recursos para la investigación científica referente a las causas inmediatas (nutricionales y no nutricionales) y estructurales de la anemia (pobreza, educación, calidad de la dieta) mediante un enfoque multisectorial, para formular los suplementos con micronutrientes y orientar la fortificación de alimentos con la cantidad de micronutrientes y formulación química adecuada; 2) realizar rastreo de la anemia en la población de mayor riesgo; 3) facilitar el acceso a alimentos nutritivos y promover la producción local y la diversificación productiva de alimentos con hierro, vitamina B12 y otros nutrientes como carne y verduras de hoja oscura; 4) implementar programas integrales de educación nutricional; 5) sostener los programas sociales alimentarios; 6) crear programas de suplementación con micronutrientes en los centros de salud; 7) vigilar la fortificación de alimentos básicos y 8) reforzar los sistemas de vigilancia nutricional, de anemia y de deficiencia de micronutrientes. En conclusión, las recomendaciones clave consisten en identificar las causas inmediatas de la anemia para su adecuado tratamiento y prevención, crear un sistema de vigilancia en la población de mayor riesgo; priorizar la suplementación profiláctica (hierro, ácido fólico y B12) en los centros de salud; garantizar el derecho humano a la alimentación con productos de calidad y de bajo procesamiento mediante el acceso a alimentos nutritivos y alimentos básicos fortificados (harina de maíz y trigo) con micronutrimentos esenciales; y vigilar el cumplimiento de la NOM-247-SSA1-200818 para lograr los requerimientos de ingesta diaria recomendada de micronuientes. En preescolares y mujeres adultas la anemia es un problema leve de salud pública que requiere acciones preventivas y de control. La vigilancia continua es clave para orientar programas de prevención y control y alinear las políticas públicas con los objetivos del desarrollo sostenible.