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EFICACIA DEL LEVETIRACETAM, LA LAMOTRIGINA Y EL VALPROATO DE SODIO EN LA EPILEPSIA MIOCLÓNICA JUVENIL

Resúmenes amplios

EFICACIA DEL LEVETIRACETAM, LA LAMOTRIGINA Y EL VALPROATO DE SODIO EN LA EPILEPSIA MIOCLÓNICA JUVENIL


Hamadan, Irán:
El levetiracetam y el valproato sódico presentaron una eficacia similar en el control de las convulsiones en la epilepsia mioclónica juvenil. En el grupo de lamotrigina, la tasa de fracasos, mioclonías y reacciones adversas al fármaco fue significativamente superior a la del valproato sódico y el levetiracetam.

Caspian Journal of Internal Medicine 13(3):617-622, 2022

Autores:
Daneshyar S, Ghiasian M, Khanlarzadeh E

Institución/es participante/s en la investigación:
Hamadan University of Medical Sciences

Título original:
Efficacy of Levetiracetam, Lamotrigine and Sodium Valproate on Seizure Attacks and EEG Disorders in Patients with Juvenile Myoclonic Epilepsy: A Double Blind Randomized Clinical Trial

Título en castellano:
Eficacia del Levetiracetam, la Lamotrigina y el Valproato de Sodio sobre las Crisis Convulsivas y los Trastornos en el EEG en Pacientes con Epilepsia Mioclónica Juvenil: Ensayo Clínico Aleatorizado a Doble Ciego

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.25 páginas impresas en papel A4
Introducción
La epilepsia mioclónica juvenil (EMJ) es uno de los tipos más importantes de epilepsia idiopática generalizada y consiste en sacudidas mioclónicas, convulsiones tónico-clónicas generalizadas (TCG) y, en ocasiones, crisis de ausencia. De manera característica, estos ataques, especialmente las sacudidas mioclónicas, empeoran a primera hora de la mañana. Este tipo de epilepsia se observa en niños y adultos jóvenes, y la media de edad de los pacientes es de 15 años (8-34 años). Las pruebas de diagnóstico por imágenes cerebrales son normales. El electroencefalograma (EEG) muestra espigas generalizadas y poliespigas irregulares de 4-6 Hz. El diagnóstico se basa en los antecedentes de convulsiones TCG y de sacudidas mioclónicas, y los hallazgos del EEG. La causa subyacente de la EMJ se desconoce y es probable que existan defectos genéticos complejos subyacentes. Por lo general, los pacientes responden rápidamente a los fármacos antiepilépticos estándar, pero la medicación de por vida es esencial debido a que son frecuentes las recaídas luego de suspender la medicación. El valproato sódico, que facilita la actividad del ácido gamma aminobutírico (GABA), es el fármaco de elección en la mayoría de los casos. En caso de intolerancia al valproato sódico o de respuesta inadecuada, pueden utilizarse lamotrigina, topiramato, zonisamida o levetiracetam. El objetivo de los autores fue analizar la eficacia del valproato sódico, el levetiracetam y la lamotrigina en la EMJ, para determinar cuál tiene la mejor eficacia, con menos efectos secundarios.

Métodos
El diseño del estudio fue controlado y a doble ciego, y participaron pacientes de más de 12 años, con diagnóstico reciente de EMJ. Se incluyeron un total de 102 pacientes con EMJ que se dividieron al azar en tres grupos para recibir valproato, levetiracetam o lamotrigina, y fueron seguidos durante 12 meses a intervalos especificados. Las dosis se incrementaron gradualmente hasta lograr el control de las convulsiones, la aparición de efectos adversos o hasta alcanzar la dosis completa (valproato sódico 3000 mg/día, levetiracetam 3000 mg/día y lamotrigina 500 mg/día). Los resultados se analizaron con la prueba de Kruskal-Wallis, ANOVA y la prueba de la t para muestras independientes para cada grupo, y se comparó la eficacia de los fármacos.

Resultados
La edad promedio de los pacientes fue de 22.8 años, el 28.4% fueron hombres y el 71.6% mujeres. Las dosis terminales efectivas de valproato sódico, levetiracetam y lamotrigina fueron de 1000, 1000 y 250 mg, respectivamente. El número de sacudidas mioclónicas en el grupo de lamotrigina fue significativamente superior (reducción del 71%) que en los grupos de valproato sódico (reducción del 82%) y de levetiracetam (reducción del 87%). Más del 96% de los pacientes del grupo de valproato sódico, más del 85% del grupo de levetiracetam y más del 56% del grupo de lamotrigina lograron el control de las convulsiones TCG. De este modo, se controlaron aproximadamente el 96% de este tipo de convulsiones y cerca del 87% de las sacudidas mioclónicas. El 92.7% de los pacientes del grupo de valproato sódico respondió al fármaco y el 7.3% no lo hizo, mientras que las cifras respectivas en el grupo de levetiracetam fueron del 93.5% y el 6.5%. En el grupo de lamotrigina hubo respuesta en el 70% de los casos y falta de respuesta en el 30%. De este modo, el fracaso farmacológico fue significativamente superior en el grupo de lamotrigina. No hubo diferencias estadísticas significativas entre el valproato valproato sódico y el levetiracetam. No obstante, entre estos dos fármacos y la lamotrigina, la diferencia fue significativa y este último agente fue menos eficaz, con efectos secundarios más graves. En los tres grupos (p = 0.81) y en cada uno de ellos, el EEG se normalizó en más del 80% de los pacientes. En cuanto a las reacciones adversas más frecuentes y las alteraciones de las pruebas de función hepática, los pacientes del grupo de valproato sódico presentaron más reacciones al fármaco y más pruebas de función hepática anormales, diferencias que fueron significativas (p = 0.037).

Discusión y conclusión
Comentan los autores que los resultados de su estudio indicaron que, luego de 12 meses de seguimiento, las frecuencias de convulsiones TCG y sacudidas mioclónicas disminuyeron significativamente en los tres grupos (valproato sódico, levetiracetam y lamotrigina). En la mayoría de los casos se logró el control de las convulsiones. La media de convulsiones TCG luego del tratamiento fue de 0.03 para el grupo de valproato sódico (más del 96% de control), de 0.19 para el grupo de levetiracetam (más del 85% de control) y de 0.56 para el de lamotrigina (más del 56% de control). La comparación de las convulsiones TCG y las sacudidas mioclónicas en los tres grupos demostró diferencias significativas entre lamotrigina y los otros dos grupos, mientras que el valproato sódico y el levetiracetam tuvieron los mismos efectos, sin diferencias significativas. En los tres grupos, el EEG se normalizó en más del 80% de los pacientes. El 92.7% de los pacientes del grupo de valproato sódico respondió al fármaco y el 7.3% de los individuos no lo hizo; las cifras respectivas en el grupo de levetiracetam fueron del 93.5% y el 6.5%. En el grupo de lamotrigina hubo respuesta en el 70% de los casos y falta de respuesta en el 30%. Las sacudidas mioclónicas promedio se redujeron, asimismo, en aproximadamente un 87% en el grupo de levetiracetam, en un 82% en el grupo de valproato sódico y en un 71% en el grupo de lamotrigina. Tanto el valproato sódico como el levetiracetam tuvieron efectos significativos en la reducción de las convulsiones TCG y las sacudidas mioclónicas después de 12 meses. Dado que el valproato sódico está contraindicado en el embarazo, y en el estudio la mayoría de los pacientes fueron mujeres en edad reproductiva, el levetiracetam puede ser una buena alternativa al valproato sódico, especialmente en mujeres en edad fértil. La lamotrigina, aunque tuvo algunos efectos positivos en la reducción de las sacudidas mioclónicas y las convulsiones TCG, se acompañó de pocos resultados efectivos y mayor número de sacudidas mioclónicas después del tratamiento, así como de efectos secundarios graves como erupción cutánea (16.7%). En esta investigación no hubo diferencias estadísticamente significativas entre el valproato sódico y el levetiracetam, pero sí entre estos dos fármacos y la lamotrigina. En conclusión, el levetiracetam y el valproato sódico presentaron una eficacia similar en el control de las convulsiones en la EMJ. En el grupo de lamotrigina, la tasa de fracasos, mioclonías y reacciones adversas al fármaco fue significativamente superior que la del valproato sódico y el levetiracetam. La lamotrigina no es una opción de tratamiento adecuada para los pacientes con EMJ como monoterapia, mientras que el levetiracetam puede ser una buena alternativa al valproato sódico, especialmente en mujeres en edad fértil. Es necesaria la realización de ensayos con muestras más grandes y seguimiento más prolongado para confirmar estos hallazgos.
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