Un estudio publicado en Respirar advierte sobre el uso excesivo de corticoides orales (CO) en pacientes con asma en Colombia. El trabajo destaca la necesidad de establecer criterios más precisos de prescripción y reforzar el seguimiento clínico para reducir los riesgos asociados a estos medicamentos, que incluyen efectos adversos leves, graves y crónicos.
Características del estudio
El análisis descriptivo, longitudinal y retrospectivo comprendió una cohorte construida en la base nacional de los servicios y tecnologías de la Unidad por Capitación (UpC) y otros, ejecutados por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia (MSPS).
El estudio, que abarcó los años 2016 a 2020, empleó la combinación de información histórica, servicios de AWS y herramientas para el análisis de grandes conjuntos de datos.
La población evaluada correspondió a los registros de diagnóstico de asma, haciendo uso de los códigos CIE-10 del sistema de información, validados con pruebas de consistencia por año, empresa de salud y grupo etario compuesto por población pediátrica y adulta.
Una vez identificados los códigos correspondientes al diagnóstico de asma, se evaluaron 774.618 pacientes registrados en la base de datos. La cohorte se caracterizó por el predominio del sexo femenino y del grupo etario comprendido entre los 27 y 56 años, seguido del grupo de 0 a 5 años.
Del total de pacientes (n = 774.618), 232.392 (30%) recibieron corticoides orales (CO), y de estos, el 7,8% (18.159) presentaron prescripción de CO por tres o más meses, mientras que el 4,2% (9.810) los recibieron durante tres o más meses continuos.
Sobre cada uno de los individuos, la investigación rastreó el consumo mensual de medicamentos que contienen esteroides orales durante el período del estudio.
Observaciones resultantes
La presencia de posibles efectos adversos derivados del uso de CO impacta directamente en la calidad de vida de los pacientes y en el uso de recursos del sistema de salud.
Los autores consideran alentadora la mayor proporción de pacientes con diagnóstico de asma previo a la prescripción de CO, por sugerir la existencia de una evaluación inicial antes del tratamiento. Sin embargo, se preguntan si el diagnóstico fue realmente confirmado o si solo se trató de una suposición clínica.
La alta prescripción de CO posterior al diagnóstico de asma indicaría un volumen significativo de pacientes sin control adecuado de la enfermedad, con un manejo subóptimo que requiere medicación de rescate.
En cuanto a los grupos etarios, fue más frecuente la prescripción de CO posterior al diagnóstico de asma en el grupo de 6 a 56 años, con una relación de 1:2 a 1:3 por cada paciente con prescripción anterior. Por otro lado, en los mayores de 60 años fue similar la frecuencia de prescripción antes y después del diagnóstico, posiblemente por mayor presencia de comorbilidades, otras indicaciones previas o por la ausencia de una búsqueda rigurosa del diagnóstico de asma.
La proporción del 30% de uso de CO fue más frecuente en edades tempranas (infancia) y en la población en edad productiva. El mayor tiempo de exposición a estos medicamentos, así como el riesgo aumentado de complicaciones asociadas, exige un seguimiento estrecho de los posibles efectos adversos, especialmente en casos con prescripción temprana.
Dado que estudios anteriores muestran que los patrones de prescripción recurrente de CO en pacientes con asma son más comunes en el ámbito ambulatorio, se hace necesaria una mejora en el control clínico de estos pacientes, con acceso oportuno a terapias con mejor relación riesgo-beneficio.
Es llamativa la similitud en la proporción de uso de esteroides orales entre pacientes con asma y aquellos con enfermedades autoinmunes. Si bien en estas últimas tienen un papel más amplio, en el asma solo deberían emplearse como último recurso a dosis bajas (≤5 a 7,5 mg/día), en casos graves o durante exacerbaciones severas. Esto evidencia un uso excesivo en asma y la necesidad de reducirlo.
Comprender las razones detrás de este patrón permitiría diseñar estrategias para limitar su uso. Asimismo, determinar si el diagnóstico de asma se basó solo en criterios clínicos o incluyó pruebas de función pulmonar facilitaría el ajuste del tratamiento, evitando el uso inadecuado de esteroides sistémicos, cuyos riesgos son ampliamente documentados.
Condicionantes médicos y del sistema
Los autores enumeran múltiples factores que influyen en las decisiones de prescripción:
– Familiaridad médica con los esteroides,
– Temor al deterioro o insuficiencia suprarrenal,
– Baja adherencia a la terapia inhalada,
– Escaso reconocimiento de las complicaciones del tratamiento,
– Falta de alternativas terapéuticas estandarizadas,
– Dificultad para realizar un destete apropiado de esteroides sistémicos.
Entre las barreras del sistema sanitario destacan: remisiones tardías, acceso limitado a equipos multidisciplinarios y a terapias especializadas.
Estrategias convenientes
Los autores proponen estrategias para racionalizar el uso de corticoides orales:
– Educación al paciente sobre adherencia, riesgos y opciones terapéuticas,
– Mejor acceso a especialistas en asma,
– Formación de médicos en el uso de estrategias ahorradoras de corticoides,
– Identificación de casos que requieren manejo especializado,
– Creación de políticas de salud pública orientadas a un mejor control clínico del asma.
Los resultados de este trabajo ofrecen información valiosa para reducir la exposición innecesaria a estos fármacos y, por ende, minimizar la aparición de efectos adversos derivados de su uso prolongado.