Un estudio holandés publicado en Atherosclerosis, con más de 9.400 pacientes con enfermedad cardiovascular establecida, identificó una asociación entre triglicéridos elevados y mayor riesgo de eventos cardiovasculares recurrentes y mortalidad. Esta relación se mantuvo incluso en personas con niveles óptimos de colesterol LDL y tratamiento hipolipemiante intensivo. Por su relevancia científica, la Agencia de Noticias Científicas (ASNC) de SIIC, que ya elaboró un primer resumen general titulado “Triglicéridos elevados aumentan el riesgo cardiovascular residual y de mortalidad, independientemente de los objetivos lipídicos alcanzados“, publica a continuación un nuevo abordaje a partir del artículo original.
Introducción
Aunque el colesterol LDL es el blanco terapéutico prioritario en prevención secundaria, no todos los pacientes que alcanzan niveles óptimos están libres de nuevos eventos cardiovasculares. Este riesgo residual ha llevado a investigar otras fracciones lipídicas, entre ellas las lipoproteínas remanentes (TRLs). Estas partículas, ricas en triglicéridos y colesterol, han recibido menor atención clínica que el LDL-C, pese a su potencial aterogénico. Su medición directa no forma parte de la práctica habitual, pero pueden ser inferidas mediante los niveles de triglicéridos, lo que habilita su evaluación indirecta en entornos clínicos.
Enfoque y resultados
El estudio UCC-SMART, realizado en Países Bajos, analizó a 9.436 pacientes con enfermedad cardiovascular establecida durante una mediana de seguimiento de 9,0 años. Niveles elevados de triglicéridos se asociaron con mayor riesgo de infarto de miocardio, muerte cardiovascular y mortalidad total, independientemente del control de LDL-C, no-HDL-C y HDL-C, o de la intensidad del tratamiento hipolipemiante. Como los triglicéridos actúan como marcador indirecto de TRLs, los hallazgos refuerzan su papel en el riesgo residual.
Discusión y conclusión
Las TRLs presentan propiedades proinflamatorias, protrombóticas y proaterogénicas, y su acumulación puede promover progresión de placa y disfunción endotelial. Su impacto clínico es relevante incluso en pacientes con tratamiento intensivo. Considerar estas partículas en la evaluación del riesgo podría ayudar a identificar pacientes que, a pesar de tener LDL-C controlado, se beneficiarían de estrategias complementarias. Las TRLs, hasta ahora subestimadas, podrían incorporarse como eje adicional en la prevención secundaria.