Un estudio cualitativo, publicado en Annals of Medicine, revela que el estigma, la burocracia y la percepción negativa del sistema sanitario dificultan el acceso y la adherencia al tratamiento de migrantes que viven con VIH/SIDA en España, a pesar de la cobertura universal garantizada por ley.
Introducción
En España, a pesar del acceso universal garantizado por el sistema sanitario, las personas migrantes que viven con VIH enfrentan obstáculos significativos en diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Creencias personales, estigmas sociales y trabas administrativas generan vulnerabilidad y condicionan la continuidad de la atención.
Enfoque y resultados
Se realizó un estudio cualitativo en un hospital público español, con entrevistas a 21 migrantes con VIH procedentes de África, América Latina, el Caribe y Europa del Este.
Los hallazgos principales fueron:
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Estigma y creencias: el VIH se asoció con muerte, culpa o castigo, lo que retrasó la búsqueda de diagnóstico y favoreció la ocultación ante familiares y parejas.
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Consecuencias sociales y laborales: miedo a la discriminación en el empleo, rupturas afectivas y aislamiento.
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Barreras administrativas y legales: dificultades para obtener la tarjeta sanitaria, retrasos en el inicio de la terapia y temor a repercusiones sobre la residencia legal.
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Relación con el sistema sanitario: desconfianza hacia la atención primaria y experiencias de juicio o falta de empatía que limitaron la adherencia.
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Rol de asociaciones: ONG y redes comunitarias resultaron claves para facilitar acceso a medicación, trámites y acompañamiento.
Discusión y conclusiones
El estigma, en sus formas internas, anticipadas y estructurales, continúa siendo un obstáculo central en la atención del VIH, incluso en un contexto de cobertura universal. Las creencias negativas y el temor al rechazo social o familiar llevan al ocultamiento del diagnóstico y a la interrupción del tratamiento, mientras que los trámites administrativos complejos retrasan la vinculación con el sistema sanitario. La percepción de desconfianza hacia la atención primaria y el trato poco empático de algunos profesionales profundizan la vulnerabilidad.
Superar estas barreras requiere medidas integrales: simplificación administrativa para garantizar el acceso inmediato a la atención, formación de los equipos sanitarios en competencias culturales y comunicación empática, fortalecimiento del rol de la atención primaria en el manejo del VIH, y consolidación de la articulación con asociaciones comunitarias que han demostrado ser decisivas para acompañar a los pacientes y favorecer la adherencia.