Resistencia a la insulina en adolescentes: identifican por qué algunos desarrollan diabetes tipo 2

Un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation identificó el mecanismo que impide a los adolescentes con obesidad detener la liberación de ácidos grasos desde el tejido adiposo, factor que agrava su resistencia a la insulina. El hallazgo podría anticipar estrategias para prevenir la diabetes tipo 2 en esta población vulnerable.
Resistencia a la insulina en adolescentes: identifican por qué algunos desarrollan diabetes tipo 2

Un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation identificó el mecanismo que impide a los adolescentes con obesidad detener la liberación de ácidos grasos desde el tejido adiposo, factor que agrava su resistencia a la insulina. El hallazgo podría anticipar estrategias para prevenir la diabetes tipo 2 en esta población vulnerable.

La resistencia a la insulina generalizada se acompaña de una producción excesiva de ácidos grasos no esterificados (AGNE) desde el tejido adiposo hacia la circulación, y su consiguiente acumulación en tejidos ectópicos como el músculo y el hígado.

Las recientes dilucidaciones sobre los mecanismos moleculares que impulsan la resistencia a la insulina (RI) en el tejido adiposo de jóvenes con obesidad se basaban, en gran medida, en estudios con animales. Por ello, el presente trabajo examinó directamente en adolescentes los mecanismos intracelulares de la señalización mediada por insulina en el tejido adiposo subcutáneo (SAT), comparando pacientes con RI grave frente a aquellos de edad similar con menor resistencia, a quienes los autores definen como “sensibles a la insulina”.

Los investigadores observaron que, en los adolescentes resistentes a la insulina, la capacidad bloqueadora de la hormona era inferior respecto de quienes no presentaban resistencia. En estos casos, si las células no lograban detener el proceso de degradación de grasa, los lípidos se secretaban hacia otros tejidos, con el agravante de causar diversas morbilidades.

El estudio sugiere que, al bloquear la secreción excesiva de grasa desde el tejido adiposo y el hígado —provocada por la resistencia a la insulina—, ciertos medicamentos podrían prevenir la progresión hacia diabetes tipo 2 en adolescentes con obesidad. Comprender el modo en que actúa (o falla) la insulina en el tejido adiposo es un avance crucial. La interrupción del flujo de lípidos desde los adipocitos hacia otros tejidos se plantea como clave para reducir las complicaciones cardiometabólicas vinculadas con la obesidad.

La lipólisis en jóvenes obesos

Antes y durante las infusiones de insulina, los investigadores obtuvieron biopsias de tejido adiposo subcutáneo en 30 adolescentes con obesidad (17 de ellos resistentes a la insulina). Quedaron excluidos del estudio los posibles participantes con diagnóstico previo de diabetes tipo 2.

Para determinar la resistencia a la insulina, se utilizó la prueba de tolerancia a la glucosa oral, estándar para diagnosticar prediabetes y diabetes. Esta prueba mide los niveles de glucosa en sangre antes y después de ingerir una solución glucosada. Los sujetos cuyos niveles demoraban más tiempo en normalizarse fueron clasificados como resistentes a la insulina.

La primera de las dos biopsias se realizó tras una infusión con baja concentración de insulina durante dos horas, seguida por una segunda tras una infusión con concentración superior por dos horas adicionales. Durante este proceso, los investigadores buscaron proteínas asociadas con la lipólisis, es decir, la descomposición de grasa.

Detalles de la investigación

Los participantes ingresaron al laboratorio luego de un ayuno nocturno, etapa en la cual los adipocitos secretan lípidos para proveer energía al organismo. La infusión de insulina simula una señal de alimentación, lo que en condiciones normales detiene la lipólisis y promueve el almacenamiento de grasa.

Sin embargo, los adolescentes con RI no lograron inhibir la degradación lipídica, principalmente porque no se activó la enzima clave que regula el proceso en el tejido adiposo. Como consecuencia, el exceso de ácidos grasos continuó fluyendo hacia otros tejidos, lo cual explicaría por qué algunos adolescentes con obesidad desarrollan diabetes tipo 2.

Anticiparse a la diabetes tipo 2

Los autores sostienen que la identificación de este mecanismo alterado puede perfeccionar futuras intervenciones terapéuticas. Ya sea mediante cambios en la dieta, mayor actividad física o el desarrollo de nuevos fármacos, podría diseñarse una estrategia que aumente la sensibilidad a la insulina y mejore los desenlaces clínicos en adolescentes con obesidad.

Al finalizar, informan que actualmente investigan distintos medicamentos que, como la semaglutida (utilizada para la pérdida de peso y el abordaje de la diabetes tipo 2), podrían aumentar la sensibilidad a la insulina y prevenir la diabetes tipo 2 en jóvenes.

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