Un artículo publicado en Frontiers in Public Health, propone avanzar con la implementación del monitoreo rutinario de resultados (ROM, por su sigla en inglés) en los servicios de salud mental de América Latina. La iniciativa permitiría mejorar la toma de decisiones clínicas, optimizar recursos y evaluar la calidad del sistema en todas las etapas de la vida.
Introducción
El monitoreo rutinario de resultados (ROM, por sus siglas en inglés) es una herramienta de evaluación clínica que consiste en el seguimiento sistemático del progreso de los pacientes durante el tratamiento, mediante instrumentos estandarizados que miden síntomas, niveles de funcionamiento y otras variables relevantes. Esta práctica se integra dentro del enfoque de atención basada en la medición (measurement-based care), que promueve decisiones clínicas informadas por datos, retroalimentación continua y mejora sostenida en la calidad de los servicios.
A nivel internacional, el ROM se ha consolidado como un componente clave de la atención en salud mental. Países como Australia, Reino Unido y Países Bajos han institucionalizado su uso mediante normativas nacionales que obligan a los servicios públicos a recolectar y analizar datos en puntos críticos del proceso terapéutico (inicio, seguimiento, alta). Estos sistemas permiten monitorear la eficacia de las intervenciones, comparar servicios, planificar recursos y diseñar políticas públicas más eficientes.
En América Latina, en cambio, la adopción del ROM es limitada y fragmentaria. Aunque la literatura académica reconoce su valor y se identifican experiencias aisladas en instituciones públicas o privadas, aún no existen estrategias gubernamentales que garanticen su implementación sistemática. Esta carencia representa una oportunidad para avanzar hacia sistemas de salud mental más integrados, eficientes y centrados en las necesidades reales de los pacientes.
El artículo publicado plantea que América Latina está en un momento propicio para adoptar el ROM como política regional, aprovechando la expansión de tecnologías móviles, el crecimiento de capacidades técnicas locales y la necesidad urgente de fortalecer la evaluación y calidad en salud mental. En este contexto, el ROM se propone no solo como una herramienta clínica, sino como un instrumento estructural para mejorar la equidad, la eficiencia y la efectividad del sistema de salud mental en su conjunto.
Enfoque y Resultados
La publicación combina revisión de políticas sanitarias, literatura internacional y ejemplos locales para sustentar la necesidad de implementar el ROM en América Latina.
Tras analizar planes de salud mental de 20 países latinoamericanos (excluyendo islas), se identificó que solo 7 contaban con estrategias nacionales o departamentales que mencionaran el ROM. De ellos, únicamente Chile y Uruguay incluían recomendaciones concretas sobre la medición de resultados, aunque limitadas a momentos puntuales del tratamiento.
Según el artículo, los beneficios del ROM se observan en múltiples niveles:
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Individual: favorece la adherencia al tratamiento y permite ajustes terapéuticos personalizados.
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Institucional: estandariza procedimientos, mejora la supervisión clínica y permite comparaciones entre servicios.
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Sistémico: proporciona datos relevantes para formular políticas públicas, asignar recursos y diseñar programas de formación.
Entre las experiencias ya implementadas en la región, se destacan:
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Una clínica universitaria en Ecuador, donde el ROM se emplea para mejorar la calidad del servicio, supervisar terapeutas en formación y desarrollar investigación aplicada.
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Un servicio psicoterapéutico en Argentina que aplica ROM de forma escalonada durante el tratamiento, utilizando los datos para retroalimentar la práctica clínica y fortalecer la supervisión.
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Un centro médico universitario en Chile donde se aplicó un sistema digital de monitoreo en una unidad de psicoterapia, reemplazando formularios en papel y permitiendo registrar evaluaciones sucesivas de los pacientes. Esta herramienta fortaleció la supervisión clínica y contribuyó a la formación profesional.
Discusión y Conclusión
Entre los desafíos más relevantes para la implementación del ROM en América Latina se encuentran las limitaciones tecnológicas, las barreras lingüísticas y culturales, la escasez de formación profesional y la percepción de que estas herramientas podrían usarse como indicadores de evaluación del desempeño individual.
Se recomienda avanzar en forma gradual mediante modelos escalonados, promoviendo tecnologías accesibles (como herramientas móviles adaptadas a entornos rurales), alianzas entre instituciones académicas y sistemas de salud, y participación activa de comunidades locales. También se sugiere integrar el ROM a marcos de atención basados en valor, donde se priorice la efectividad clínica en función de los costos, la personalización del tratamiento y la satisfacción del usuario.
El monitoreo rutinario de resultados puede convertirse en una herramienta estratégica para mejorar la atención en salud mental en América Latina. A pesar de los obstáculos, existen condiciones para avanzar hacia su implementación progresiva en los distintos niveles del sistema.