Un nuevo estudio publicado en Journal of Medical Internet Research muestra cómo relojes inteligentes, sensores portátiles y apps de salud están revolucionando el cuidado médico. Cada vez más pacientes toman el control de su salud diaria, en un cambio que desafía al modelo tradicional y abre dilemas éticos, tecnológicos y sociales.
Introducción
El año 2025 marca un punto de inflexión en el modo en que la atención médica se concibe y se practica. A partir de la masificación de dispositivos tecnológicos accesibles al consumidor, se ha generado un ecosistema digital en el que millones de personas recolectan y analizan datos sobre su salud cotidiana sin necesidad de intermediación médica directa. Este fenómeno, conocido como “salud conectada” o “eHealth participativa”, ha comenzado a transformar de manera profunda los modelos tradicionales de prevención, diagnóstico y tratamiento.
El presente artículo analiza las implicancias de esta transformación, así como sus oportunidades, riesgos y el camino hacia un sistema sanitario más personalizado y proactivo.
Enfoque y Resultados
Los autores realizaron una revisión crítica de más de 100 estudios publicados entre 2018 y 2024 sobre el uso de dispositivos de salud dirigidos al consumidor (consumer-facing health devices), incluyendo:
⦁ Smartwatches
⦁ Pulsioxímetros
⦁ Glucómetros Bluetooth
⦁ Básculas inteligentes
⦁ Aplicaciones móviles para seguimiento de síntomas o adherencia
Los resultados destacan que:
⦁ El uso de estos dispositivos se ha triplicado en los últimos 5 años, especialmente en poblaciones urbanas jóvenes y de nivel socioeconómico medio-alto.
⦁ En pacientes con enfermedades crónicas (diabetes tipo 2, hipertensión, EPOC), su uso se asocia a una mejor adherencia terapéutica, menor número de hospitalizaciones y mejor percepción del control de la enfermedad.
⦁ La incorporación de estos datos en la historia clínica electrónica aún es limitada, pero se prevé su integración plena en la próxima década.
⦁ Existen desafíos importantes relacionados con la precisión de los datos, el uso de algoritmos no validados y la desigualdad en el acceso a la tecnología.
Discusión y Conclusión
La disponibilidad creciente de dispositivos inteligentes ha modificado el paradigma médico tradicional. Ya no se trata solo de qué hace el médico, sino de qué hace el paciente con las herramientas que tiene a su alcance. Esta participación activa puede potenciar la prevención, reducir costos sanitarios y mejorar la experiencia del usuario. Sin embargo, también implica desafíos éticos, regulatorios y estructurales.
El artículo propone una agenda para el futuro inmediato que incluye:
⦁ Establecimiento de estándares clínicos para dispositivos de salud de consumo.
⦁ Políticas públicas para garantizar equidad digital y alfabetización tecnológica.
⦁ Marcos legales claros sobre privacidad, interoperabilidad y uso de datos personales en salud.
⦁ Capacitaciones profesionales para integrar esta información en la toma de decisiones médicas.
Los autores concluyen que el éxito de esta transformación dependerá de la capacidad de los sistemas sanitarios para integrar tecnología, humanidad y equidad en el cuidado de la salud.