Canadá: pobreza y edad avanzada explican diferencias en mortalidad por COVID-19

Un análisis retrospectivo en Ontario, Canadá, publicado en BMC Public Health, reveló que la pobreza, la edad avanzada y las diferencias regionales influyeron significativamente en la mortalidad por COVID-19 entre 2020 y 2022, especialmente durante la propagación de la variante Ómicron.
Canadá: pobreza y edad avanzada explican diferencias en mortalidad por COVID-19

Un análisis retrospectivo en Ontario, Canadá, publicado en BMC Public Health, reveló que la pobreza, la edad avanzada y las diferencias regionales influyeron significativamente en la mortalidad por COVID-19 entre 2020 y 2022, especialmente durante la propagación de la variante Ómicron.

Introducción

La pandemia de COVID-19 ha evidenciado disparidades sanitarias en múltiples contextos. Si bien los factores de riesgo individuales han sido ampliamente estudiados, persiste un vacío en torno a cómo influyen las variables sociales y regionales en la mortalidad por COVID-19 a lo largo del tiempo. Este estudio analizó datos de Ontario, Canadá, para explorar la relación entre hospitalizaciones, edad, privación socioeconómica y mortalidad en las diferentes fases de la pandemia, desde marzo de 2020 hasta junio de 2022.

Enfoque y Resultados

Los investigadores analizaron datos públicos diarios de 34 unidades de salud pública de Ontario. Se aplicaron modelos aditivos generalizados (GAM) para tres subperíodos: pre-vacunación, con vacunación disponible, y la etapa dominada por la variante Ómicron. El objetivo fue identificar factores asociados a la mortalidad diaria por COVID-19.
Durante la primera etapa, las tasas de mortalidad estuvieron fuertemente asociadas al tamaño poblacional y al porcentaje de casos en personas mayores de 60 años. En las fases posteriores, la relación entre hospitalizaciones y muertes se redujo, posiblemente como efecto de la vacunación masiva. Sin embargo, en el subperíodo final (enero a junio de 2022), se observó que el índice de privación pasó a tener una influencia significativa sobre la mortalidad.
Este índice, que incluye variables como ingreso, nivel educativo y situación laboral, mostró que las regiones más empobrecidas experimentaron mayor mortalidad, incluso cuando los casos eran similares a otras zonas. El efecto fue más evidente en las unidades con menor cobertura de servicios sociales o infraestructura sanitaria precaria.

Discusión y Conclusión

Los resultados sugieren que, en Ontario, los determinantes sociales cobraron mayor peso en la mortalidad por COVID-19 a medida que avanzaba la pandemia, especialmente en la etapa dominada por Ómicron. A pesar de la disponibilidad de vacunas, las poblaciones más desfavorecidas siguieron siendo las más afectadas, en parte debido al levantamiento de medidas de protección como los confinamientos o el uso obligatorio de mascarillas.
El estudio destaca la necesidad de que las futuras políticas sanitarias de emergencia consideren de forma explícita la desigualdad estructural. Se recomienda implementar medidas focalizadas como licencias por enfermedad pagas, apoyo económico directo y mejoras en la calidad del aire en espacios cerrados para reducir el riesgo en comunidades vulnerables.
Este trabajo aporta evidencia empírica útil tanto para la planificación de futuras respuestas pandémicas como para el diseño de estrategias que reduzcan brechas sociales en el acceso y los resultados de salud.

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