México: infecciones transmisibles por transfusión, alerta en zona fronteriza con alta movilidad poblacional

Un estudio realizado en Tapachula (Chiapas) y publicado en Gaceta Médica de México revela una elevada prevalencia de enfermedades infecciosas en donantes de sangre. La investigación expone riesgos asociados a la migración, la pobreza estructural y el contexto sanitario en la frontera sur del país.
Gaceta Médica de México

Un estudio realizado en Tapachula (Chiapas) y publicado en Gaceta Médica de México revela una elevada prevalencia de enfermedades infecciosas en donantes de sangre. La investigación expone riesgos asociados a la migración, la pobreza estructural y el contexto sanitario en la frontera sur del país.

Introducción

La transfusión de sangre total o de sus derivados se utiliza en múltiples escenarios clínicos, desde intervenciones quirúrgicas mayores hasta anemias severas, hemofilias o trasplantes. Se estima que aproximadamente el 11% de los pacientes hospitalizados requieren este tipo de procedimiento. Sin embargo, garantizar su seguridad implica identificar, reducir y monitorear los riesgos de transmisión de agentes infecciosos, especialmente en contextos vulnerables.

En regiones como la frontera sur de México —caracterizada por alta movilidad poblacional, pobreza estructural y circulación persistente de enfermedades transmisibles—, el monitoreo en bancos de sangre adquiere una función estratégica. En este marco, un equipo de investigación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llevó a cabo un estudio para determinar la seroprevalencia de agentes infecciosos en donantes de sangre de un hospital de Tapachula (Chiapas).

Enfoque y Resultados

Se trata de un estudio observacional, retrospectivo y descriptivo realizado entre agosto de 2020 y diciembre de 2023. Se analizaron los datos de 15.448 personas aceptadas como donantes en el Hospital General de Zona No. 1 “Nueva Frontera” del IMSS, ubicado en una de las principales zonas de cruce migratorio del país.

Las muestras se evaluaron mediante pruebas serológicas de quimioluminiscencia, con sensibilidad del 100% y especificidad ≥ 95%, en línea con la Norma Oficial Mexicana. Se detectaron anticuerpos contra VIH, virus de hepatitis B y C, Treponema pallidum, Trypanosoma cruzi y tres especies de Brucella.

La seroprevalencia global fue de 3.94%. Las infecciones más frecuentes fueron:

  • Sífilis: 1.37%

  • Brucelosis: 1.17%

  • VIH: 0.55%

  • Hepatitis C: 0.34%

  • Hepatitis B: 0.19%

  • Chagas: 0.19%

El 2.62% de los donantes con resultados positivos presentó coinfección, con predominio de VIH y sífilis.

El grupo más afectado fue el de 25 a 44 años, con una edad promedio de 36 años. La mayoría de los casos se detectó en hombres (86.2%), y el 89.3% correspondía a donación familiar. Por ocupación, predominaban trabajadores rurales o informales vinculados a actividades con riesgo zoonótico o entornos sanitarios precarios.

Discusión y Conclusión

El estudio confirma que enfermedades como sífilis, brucelosis, VIH y Chagas siguen circulando activamente en zonas fronterizas de México. La sífilis fue la infección más prevalente, superando las medias estatal y nacional reportadas por el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea. En el caso de la brucelosis, el 1.17% registrado también está por encima del promedio nacional, lo que se asocia a prácticas laborales en entornos rurales.

Pese a los rigurosos controles en los bancos de sangre, los autores destacan que sigue existiendo un riesgo residual de transmisión. Este riesgo puede aumentar en regiones con elevada migración y enfermedades endémicas, donde incluso donantes de “bajo riesgo” pueden portar infecciones en fases de ventana serológica, sin manifestaciones clínicas ni antecedentes aparentes.

La enfermedad de Chagas —endémica en México y América Central— fue más frecuente en hombres con ocupaciones rurales, lo que refuerza la necesidad de vigilancia vectorial y tamizaje sistemático. Además, los resultados reafirman el valor del diagnóstico incidental en donantes como vía indirecta para reducir la prevalencia comunitaria de enfermedades silenciosas o desatendidas.

Como conclusión, el estudio recomienda:

  • Fortalecer los mecanismos de detección serológica.

  • Ampliar la trazabilidad y seguimiento de casos positivos.

  • Incorporar estrategias intersectoriales en zonas fronterizas, que contemplen los determinantes sociales y epidemiológicos del riesgo transfusional.

Los autores subrayan que el tamizaje en bancos de sangre no solo protege a los receptores, sino que también representa una herramienta clave de salud pública para la vigilancia y control de enfermedades infecciosas.

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